lunes, 6 de agosto de 2012

La destitución de Karina Bolaños y la doble moral burguesa de Chinchilla

  Tomado de http://pst-cr.blogspot.com/
Recientemente la presidente de Costa Rica, Laura Chinchilla, destituyó en forma expedita a la viceministra de Juventud, Karina Bolaños, al circular públicamente un video personal.  Desde Las Rojas contra el Patriarcado y el Partido Socialista de las y los Trabajadores nos sumamos a la ola de repudio ante el accionar del gobierno, por considerarlo moralista y cargado de un fuerte peso machista.
En medio de los recientes escándalos por casos de corrupción en la construcción de la trocha fronteriza y otras instituciones del gobierno, Chinchilla lapida a Karina Bolaños aduciendo que es lo mejor para que sobrelleve el caso de manera personal, pero que en realidad es un claro acto de sanción a una mujer por el sólo hecho de realizar una expresión de su sexualidad, la cual por motivos ajenos a su control se filtró a las redes sociales. 
Esto confirma que el gobierno de Chinchilla tolera y protege a funcionarios con denuncias por corrupción, como el vicepresidente Luis Liberman, el ministro de educación Leonardo Garnier y al exministro de Hacienda Fernando Herrero, los cuales utilizaron su influencia política para emplear a su amiga (los dos primeros) y esposa (el tercero) en multimillonarias licitaciones de servicios en varias instituciones estatales. También el exdiputado y expresidente ejecutivo del Instituto de Acueductos y Alcantarillados fue protegido por la mandataria cuando realizó un viaje personal utilizando fondos públicos. En este caso la presidenta Chinchilla, exhibiendo una enérgica doble moral, expulsa de su labor a Bolaños por grabarse en la intimidad de su vida privada.
Desde Las Rojas contra el Patriarcado y el Partido Socialista de las y los Trabajadores no defendemos la figura política ni la labor de Bolaños dentro del Ministerio de Cultura, pues es una representante del Partido Liberación Nacional, organización que durante décadas ha sido un pilar del capitalismo costarricense que oprime y explota a mujeres, personas sexualmente diversas y a la clase trabajadora.
Sin embargo, hacemos notar la diferencia con que Chinchilla asume los problemas con sus funcionarios según sean hombres o mujeres, reafirmando la represión y estigmatización de la sexualidad de las mujeres.
De esta manera, se hace evidente la necesidad de unir la lucha contra el patriarcado con la lucha contra el sistema capitalista para que ni el estado, el gobierno ni las iglesias se metan con nuestros cuerpos. Y en el caso de Costa Rica, un primer paso en este sentido es librar una gran lucha por el Estado Laico sin concordato, no como un fin en sí mismo, sino como un puente para colocar en entredicho el conjunto del ordenamiento social y político del país, marcado por el conservadurismo cristiano y la explotación de la burguesía costarricense y el imperialismo.

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