por Emilio Marin / La Arena
el ritual de la antorcha encendida desde Olimpia, fue un invento de
Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, al celebrarse los
Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936.
Cuando se sostiene que la política mete baza en las Olimpíadas, no se
descubre nada nuevo. Un sobreviviente que escapó de la Mansión Seré
durante la dictadura de Videla-Martínez de Hoz, Claudio Tamburrini, ex
arquero de Almagro y exiliado en Suecia, lo recordó en una nota (Clarín,
23/7). Dijo que el ritual de la antorcha encendida desde Olimpia, fue
un invento de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, al
celebrarse los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936.
Tamburrini conoce. Ya no ataja penales en Almagro y es Filósofo del
Deporte en el Centre For Healthcare Ethics, de la Universidad de
Estocolmo. ¡Qué suerte que se pudo escapar aquella noche de 1978 con
otros tres jóvenes secuestrados en Seré!
La política no es mala ni buena, depende quién la haga en las Olimpíadas
y al servicio de qué objetivos. Por ejemplo, Dilma Rousseff, presidenta
de Brasil, llegó unos días antes a Londres, mantuvo reuniones con las
autoridades británicas y con el Comité Olímpico Internacional. Hizo eso
para promocionar la edición 2016 de los Juegos Olímpicos, que tendrán
lugar en Brasil. La simpatía y la cultura brasileña, más el prestigio de
su deporte y por supuesto el desarrollo económico del país, fueron las
cartas de presentación de Rousseff ante los medios de comunicación,
pensando en doscientos países que están presentes en la capital inglesa.
Desde otro ángulo, la monarquía inglesa busca reposicionarse en esta
circunstancia. Por ejemplo, colando al príncipe Guillermo y su esposa
Katy Middleton, duquesa de Cambridge, en cuanto evento puedan. Claro que
dan un perfil mucho más grato a la vista que la vieja reina sombreruda,
Isabel II y Felipe. A Katy le encargaron la confección de los trajes de
la delegación deportiva. La mujer, que no debe haber cosido un botón en
su vida, entregó la tarea a diseñadoras de moda de su paladar, entre
ellas una hija de Paul McCartney.
David Cameron, primer ministro, buscó sacar partido político de su
localía. Se sabe que en esta época de vacas flacas en las arcas del
Reino, de crisis brutal y ajuste en el empleo, la salud y la educación,
toda ocasión para desviar atenciones es muy necesaria para ese
gobernante. Llama la atención el poco interés de los periodistas
deportivos de Argentina, instalados hace semanas en Londres, para
averiguar e informar de esos aspectos de la crisis inglesa. Salvo error u
omisión, el cronista no ha visto esa clase de coberturas. Mucho
Támesis, mucho Big Ben y mucho músculo de la Villa Olímpica de
Stratford, pero del trasfondo social del país, poco o nada.
Y esa es una opción política, deliberada o no. En los Juegos de Beijing
(2008), en cambio, muchísimos periodistas andaban buscando el pelo en la
leche del socialismo. No lo encontraron. Peor aún, se dieron con que el
gigante asiático ganó los Juegos, como parece que lo haría también en
Londres, según analistas de la Universidad alemana del Ruhr, que
pronosticaron 102 medallas para los atletas chinos, venciendo por poco a
los de EE UU.
Más de la política.
Más de la política.
El belga Jacques Rogge dirige hace doce años el COI y entre otras
reglamentaciones dio a conocer, junto a los organizadores locales, que
estaba prohibido entrar a los estadios con camisetas con la cara del Che
Guevara.
Curiosa manera de apartar supuestamente a la política. Se trata de una
figura emblemática de un revolucionario y rebelde apreciado por gran
parte de los 600 millones de personas que ayer veían la ceremonia
inaugural por televisión.
Si querían proscribir figuras vinculadas con el terrorismo deberían
haber cerrado el ingreso a personas que llevaran camisetas con fotos de
George W. Bush, Tony Blair y hasta del mismo Barack Obama. Los
centenares de miles de personas que han muerto en Irak y Afganistán por
culpas de esos presidentes y primer ministro, ameritaban esa
prohibición. Quizás era inútil, porque ¿cuántos imbéciles podrían
ponerse esas camisetas?
Las primeras imágenes de la inauguración también trasuntaron el efecto
de la política. Los cuadros compuestos de granjeros que cuidaban
animales, cosechaban, atendían abejas, etc., es parte de la historia de
Inglaterra, como los Beatles. Pero también lo son los piratas y
corsarios, los colonialistas que cortaban cabezas en la India y Medio
Oriente, los que invadieron dos veces Buenos Aires y ocuparon las
Malvinas, las fuerzas militares que arrasaron Irlanda y aún la ocupan,
los empresarios que succionaron las riquezas del mundo para ellos y el
Palacio de Buckingham, desde la Baring Brothers en adelante.
La cuna de la revolución industrial tuvo su auge y mérito, mostrada
ayer, devino en imperio, finanzas especulativas y crisis, que en cambio
fue ocultada.
La presidenta argentina tuvo su decisión política en relación a los
JJ.OO. Tiempo atrás patrocinó el magnífico corto publicitario en
Malvinas que enfureció a la monarquía y los desmalvinizadores. Luego
decidió dar un paso al costado, al no viajar a Londres y pedir a los
atletas argentinos que no introdujeran la cuestión Malvinas en el evento
deportivo. Rogge se congratuló de esa decisión. Este cronista, en
cambio, desea que algún argentino de los que logre alguna presea, suba
al podio con una bandera argentina que diga: "Falklands no, Malvinas
argentinas". ¿Eso es política? Sí. Nacional o patriótica o como se
quiera llamarla.
Argentina ha logrado hasta ahora 66 medallas, entre oro, plata y bronce,
a lo largo de veintitrés participaciones. Sería bueno que la cifra se
engrose por medio de las Leonas, el equipo de básquet, ciclismo u otros
deportes. Lástima grande que habiendo ganado en Atenas y Beijing, no
haya equipo de fútbol en Londres 2012. Habría estado lindo ganarles a
los ingleses aunque los goles no fueran tan lindos como los de Diego
Maradona en México.
¿Se animará algún deportista argentino a recordar Malvinas? Ojalá.
Preseas y euros.
¿Se animará algún deportista argentino a recordar Malvinas? Ojalá.
Preseas y euros.
Las apuestas deportivas suponen que estos juegos tendrán al tope a
China, EE UU y Rusia, lo que no significa que el resto de las
delegaciones no pueda también ganar en varias disciplinas.
Por ejemplo, el ministro de deportes brasileño, Aldo Rebelo, pronosticó
que los suyos se llevarán 20 medallas. Según su comité olímpico, pueden
ser cuatro menos.
Cuba mandó 110 deportistas para probar suerte en 14 competencias. Su
meta es superar la cosecha de Beijing 2008, cuando obtuvo dos preseas de
oro, 11 de plata y 11 de bronce. Con la modestia característica, los
cubanos entrenaron para llevarse a La Habana algunas medallas, más allá
de las que suelen ser suyas casi siempre en boxeo. Allí cerca andarán
husmeando reclutadores de EE UU y empresas varias, tratando de tentarlos
de abandonar su país y ganar muchos euros o dólares.
Si de provocaciones se trata, otra fue la sufrida por las futbolistas de
Corea del Norte, a las que presentaban como de Corea del Sur.
Rechazaron la maniobra y encima ganaron su partido a Colombia.
Se discute mucho si el jamaiquino Usain Bolt podrá vencer otra vez en
100 y 200 metros, con menos de 10 segundos en la primera prueba. Y si el
nadador estadounidense Michael Phelps podrá obtener otras tres medallas
para convertirse en el atleta que más ganó en la historia de los
Juegos. Y si Brasil podrá colgarse la medalla de oro en fútbol olímpico,
que no tiene hasta ahora.
En fin esas son incógnitas que estarán develadas para el 12 de agosto,
cuando se baje el telón y se empiece a pensar en Brasil 2012.
Los que van a estar muy entusiasmados con esa perspectiva, además de los
propios brasileños, serán los miembros del COI, que van a renovar en
setiembre de 2013 la presidencia. A partir de allí empezarán a ver los
contratos con las grandes empresas, sponsors y cadenas de televisión que
les aseguren una gran recaudación, como en esta ocasión la BBC, NBC
estadounidense y otras.
Hablando de su sucesor, el belga Rogge declaró: "el presidente del COI
debe tener muchas cualidades, asegurarse de que los ingresos sean buenos
es todo un factor, por supuesto" (agencia DPA).
Ciertos delegados del COI hacen negocios de poco calado por su cuenta.
Por ejemplo, el británico Sunday Times publicó que había una
investigación en marcha por la reventa de entradas, aparentemente
provistas por delegados de 54 países. Los señores se procuraban un
ingreso extra.
Como la rueda olímpica seguirá girando, ya Madrid, Tokio y Estambul se
están sacando chispas para adjudicarse la sede de la edición 2020.
Para eso primero tendrán que concluir felizmente los Juegos en Londres y
luego los de Brasil. Los de estos días se realizan en medio de miedo de
las autoridades por la seguridad, al punto que han reforzado las tropas
con contingentes adicionales. Hoy en la ceremonia se vio a ocho
militares llevando la poco gloriosa "Union Jack", pero en los
alrededores había 18.200 soldados. Si compitieran en número con los
atletas ya habrían ganado porque éstos no llegan a 10.000, aunque
algunos tienen mucha mejor puntería.
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